domingo, 12 de enero de 2020

06 Septiembre 1885, Epidemia de Coléra 1885.


    ÉPILA.
AL EXCMO SR. Don ÁNGEL VALERO Y ALGORA
CONDE DE MONTE NEGRÓN

     GRATITUD.
Copia del Acta de 6 de septiembre de 1885.
     
En la Villa de Épila a 6 de septiembre de 1885. Reunidos en la Sala de Sesiones de la Casa Consistorial bajo la Presidencia del Sr. Teniente 2º Alcalde ejerciente: Don Ponciano Bernadaus, los Señores: 

Don León Trasobares Don Pascual Saló, Don Ramón Bellido, Don José Sanjuán, Don Felipe López, Don Toribio Egea, Don Pelayo Bernadaus, Don Ramón Egea, Don Pablo Ibáñez, Don Mariano Romanos Cazaña, Don Florencio Sariñeña, Don Gorgoño Bella, Don Miguel Cabeza, Don Juan Ondiviela González, Don Vicente Ripa, Don Pascual de la Muela, Don Julián Albera , Don José González, Don Faustino Sola, Don Manuel Rodríguez, Don Jaime Villanueva, Don Martín Gaspar, Don Nicolás Farjas, Don Pedro López Martinez, Don Francisco Soler, Don Tomás Aguirre, Don Manuel Va Navarro, Don Conrado Espiago, Don Margarito Gormán, Don Sabino Farjas, Don Marcelino Bernadaus, Don Florencio Alonso, Don Francisco Rodríguez, Don Mariano Gaspar, Don Cándido Sanz, Don Pascual Llanas, Don Calixto Ferrer, Don Faustino Cortés, Don Miguel Barraqueta, Don Andrés Langarita, Don Manuel Latre, Don Antonio Domingo, Don Romualdo Huerta, Don Julián Roncal, y Don Pedro Estrada. 

De todos que componen el Ayuntamiento, asamblea, municipal, junta de sanidad sus asociados y la mayoría del doble del numero de contribuyentes de esta población el señor presidente declaro abierta la sesión extraordinaria de este día para la cual habían sido convocados por medios de papeleta. 

Acto seguido se oyó en los labios de la inmensa mayoría de los asistentes un nombre siempre respetable el de un hijo de la villa que es el primer contribuyente el excelente Conde de Monte Negron Don Ángel Valero y Algora, Senador del Reino de la Corona se recordaran los inminentes servicios que presto por la inminente honrosa invasión colérica que por fortuna a cesado y fueron declarados importantísimos de utilidad prima y superiores a todos encominio porque inspirado dicho señor en las tradiciones de dicha familia y en el amor a su pueblo natal se coloco desde el principio de la epidemia incondicionalmente a la disposición de la localidad para que para cuando pudiera ocurrir con su posición social actividad influencia y dedicado empeño suministro cuantiosos recursos para necesidades sanitarias y proporciono médicos hermanas de la caridad practicantes y cuanto fue necesario para auxiliar al Ayuntamiento Junta Municipal, Junta contribuyentes de la beneficencia y sanidad secundando los deseos de todas corporaciones y hasta anticipándose a ellos a tal punto que la población entera se haya por cuanto de todas maneras ha hecho en bendición de la misma palpitando en ella y en todos el deseo de darle una muestra publica de reconocimiento y gratitud este ayuntamiento y juntas interpretando dicho sentimiento y queriendo darle a dicho señor una prueba de este deseo consignada en acta acuerda unánimemente: 

1º Declararlo como lo declara al expreso Señor Valero y Algora hijo predilecto de esta población. 

2º Que su nombre se ponga en una lapida del salón de sesiones con la siguiente inscripción Al excelentísimo Señor Don Ángel Valero y Algora Conde de Monte Negron hijo de esta Villa como recuerdo de agradecimiento de la misma por la invasión colérica de 1885. Épila 6 de Septiembre de 1885. 

El ejerciente Ponciano Bernadaus por acuerdo del Ayuntamiento y de la Junta, Maximino Echeverría 

3º A fin de que su titulo conste en una de las calles de esta población personificado en su esposa la excelentísima Señora Doña Luísa García de Orue Condesa de Monte Negron y su querida hija la Señorita Doña María Rosario Valero y García la parte de la calle larga que medio desdé la puerta del Pensamiento a las cuatro esquinas en cuyo trayecto es esta la casa palacio de tan distinguida familia, acuerdan esta lleve el nombre de la calle de la condesa de Monte Negron, 

Así mismo se acuerda que la copia litografiada de esta acta se entregue a dicho Conde como testimonio del agradecimiento de este pueblo y cuando dicho se venga a esta población y poniéndose de acuerdo con el mismo le haga saber por la determinación por medio de la atención oficio suscrito por la alcaldía, no teniendo otro objeto la convocatoria se termino la sesión que firma los señores que saben y por los que no el secretario que certifico: Don León Trasobares, Don Pascual Saló, Don Ramón Bellido, Don José San Juan, Don Felipe López, Don Pelagio Bernadaus, Don Nicolás Farjas, Don Mariano Romanos, Don Martín Gaspar, Don José González, Don Pedro Lopez, Don Florencio Alonso, Don Ramón Egea, Don Francisco Soler, Don Tomas Aguirre, Don Manuel Va, Don Juan Ondiviela, Don Conrrado Espiago, Don Martín Don Gaspar Candido Sanz, Don Pascual Llanas, Don Julián Albera, Don Jaime Villanueva, Don Manuel Rodríguez, Don Faustino Sola, Don Miguel Barraqueta, Don Manuel Latre, Don Andrés Langarita, Margarito Guzmán, Corbán Sabino Forjas, Pablo Ibáñez, Antonio Domínguez Pascual de la Muela, Romualdo Huerta, Julián Roncal, Pedro Estrada, por acuerdo de los excelentísimos Don Ponciano Bernadaus Don Toribio Egea Don Gorrino Villa así consta en el libro de de sesiones que obra en secretaria.

          Firmado por: 
Don León Trasobares y Don Maximiliano Echeverria.
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SR. Don Ángel Valero y Algora
Conde de Montenegrón. 1860
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Don Ángel Valero de Bernabé y Algora 1825-1897
II Conde de Monte Negrón
Presidente Honorifico fundador del
Casino de la Amistad de Épila en 1880
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Diario de Huesca del 1 al 30 Julio 1885

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La Crónica : diario de noticias y anuncios: Año I Número 34 - 1885 julio 11.
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Recorte del Periódico La Correspondencia de España 16 de Julio 1885
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La Correspondencia de España : diario universal de noticias' - Año XXXVI Número 9984 (23/07/1885)
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El Áncora : diario católico popular de las Baleares: Año VI Número 1622 - 1885 julio 27.
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Recorte del Periódico La Crónica del día 31 de Julio de 1885.
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-Nos comenta Nuestro Amigo Manuel Ballarín Aured: En 1933, la calle de la Condesa, que antes se conocía como del Purnillo, pasó a llamarse calle Biesa. Según consta en el acta del pleno del ayuntamiento del 6 de enero de 1933, Alejandro Biesa era una “persona que en tiempos vivió esta villa, militaba en el partido Republicano, el cual, por defender a la clase obrera, fue vilmente asesinado”. Biesa, al que dieron muerte en Épila en febrero de 1864, había levantado el molino harinero de San Agustín en 1843.
-Nos cuenta Luis Capmartin: El primer brote de cólera fue tratado muy discretamente por la prensa española, por ejemplo en la prensa madrileña la situación real se disimuló hasta que el brote alcanzó la capital en 1834. Se temía que la enfermedad paralizase las actividades de comercio. Las pandemias de cólera, y sobre todo la de 1885, han sido ampliamente estudiadas, tratando incluso en sus dimensiones terapéuticas. Las polémicas sobre los posibles tratamientos científicos, discusiones sobre los más eficaces, todos ellos fueron de gran trascendencia y crearon alarma social. Cabe destacar la vacunación de Ferrán y la polémica nacional desatada en tomo a la misma. De todas formas la polémica social se encontraba en los frecuentes tratamientos milagrosos. No faltaban los ensalmadores curaban mediante oraciones, palabras mágicas y signos. La multitud de formas de pretender curar la enfermedad dependió fundamentalmente de las doctrinas etiopatogénicas que tuvieron los doctores de la época. Como profiláctico se recomendaba el sulfato de quinina, el alcanfor y el ácido benzóico; otros remedios como el cigarro de cinabrio y el humo de carbón de leña. El nivel de indigencia en las ciudades era alto, desde finales del siglo XVIII la cantidad de ellos en las grandes ciudades no dejaba de crecer. Este grupo social fue el dirigió revueltas populares, unas se dirigían contra la Iglesia y otras contra otros organismos jerárquicos de poder. Se producen motines en las grandes ciudades. Su estilo de vida carente de higiene, comida o de medios básicos les convirtió en unos de los objetivos de la enfermedad. Las ciudades y pueblos se aíslan y sufren controles de acceso, las ciudades amuralladas emplean las murallas con "barrera de acceso". A los sospechosos se les conducía a los lazaretos. Las guerras Carlistas con su consiguiente movimiento de tropas, ayudaron a la expansión de las epidemias de cólera. El terror que causa la enfermedad hace que el brote de cólera de 1865 vacíe ciudades como Madrid y Burgos, mucha población se desplaza dejando sus negocios abandonados, las ciudades despobladas. El efecto sobre la economía 4 se sintió en décadas posteriores. Tras cada brote los campos se abandonaban e iban seguidos de periodos de carestía que afectaba a grandes grupos de población. Los cementerios en España antes de estas epidemias se encontraban ubicados en el centro de las ciudades, a veces cercanos a los propios Hospitales y en ocasiones se enterraban dentro de las iglesias. El traslado de los cementerios desde el centro de las poblaciones a sus afueras, fue causado por la cantidad de muertes. En muchos casos los cementerios pasan de estar intramuros a extramuros de las ciudades. En muchos cementerios se mantenían abiertas fosas "familiares" a la espera de nuevos fallecimientos entre los parientes cercanos para taparlas cuando quedaban llenas. Tras las primeros brotes, rara era la ciudad que no tenía los cementerios ubicados "a las afueras", algunos de los cementerios populares en la actualidad se encuentran en las afueras y datan de comienzos del siglo XX. La epidemia de 1855 afecta a amplias zonas del interior. Este segundo brote es el más documentado por la prensa de la época y del que más calado hay en la memoria de los afectados. Cabe pensar que uno de cada diecinueve españoles se vio afectado en la segunda epidemia. Siendo, no el más mortífero de los brotes de cólera acaecidos en España en el siglo XIX, es devastador por las consecuencias que generó su miedo. Todo ello a pesar de que ya se comenzaba a sospechar en los modos de transmisión de la infección entre la población y de comenzar a coordinarse una incipente red internacional de puestos sanitarios que facilitasen información periódica respecto a la evolución y situación de la enfermedad. En algunas ciudades como en Madrid se renovó el sistema de comunicación y saneamiento de aguas, creando el Historia del Canal de Isabel Segunda, Canal de Isabel II] En las provincias españolas fueron apareciendo sucesivamente brotes epidémicos. Este brote ataca con mayor virulencia a las clases bajas, en especial las emergentes Clase obrera, trabajadoras. En Épila en 1861 se derriba el cementerio viejo y se comienza el nuevo por tal motivo. Épila padeció la epidemia de cólera que afectó a España y a Francia, pereciendo 319 epilenses.
Como dato significativo, fallecieron el Alcalde primero Constitucional, D. Pedro Casamayor Sanz y al día siguiente el Teniente Alcalde ejerciente que lo sustituía, además D. Manuel Vinuales Romanos, y días más tarde D. Julián Pérez Serrano, de la misma corporación, según publicaba el Periódico “La Derecha”

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