Los sobrinos de Cándida Compañero, Miguel Enrique, Gabriel, Ana,
Francisca y María Lupercia, hijos de Miguel E. Compañero y Esperanza Granada,
relajados y muertos en Zaragoza en un Auto de Fe en 1608, y cuyas actas
de bautismos hemos encontrado, partieron de España desde el pueblo aragonés
de Épila con su abuelo materno, Jerónimo Granada, formando parte de la
caravana de moriscos expulsados en mayo de 1610 y según algunas noticias
sobre los moriscos expulsados parece que eligieron Túnez como su segunda
patria. PinchaAqui
Los autos de fe eran ceremonias en las que se producía la lectura pública y solemne de las sentencias dispuestas por el Tribunal de la Inquisición. Los puntos centrales del auto de fe eran la procesión, la misa, la lectura de las sentencias y la reconciliación de los pecadores.
La relajación era la entrega a la autoridad real de los condenados a muerte por la Inquisición española. La Inquisición era un tribunal eclesiástico por lo que no podía ejecutar la sentencia de muerte que ella misma había dictado, de ahí que "relajara" a los reos al brazo secular que era el encargado de la ejecución, conduciéndolos al lugar donde iban a ser quemados —estrangulados previamente mediante garrote vil si eran penitentes, y quemados vivos si eran impenitentes, es decir, si no habían reconocido su herejía o no se habían arrepentido—. La relajación se producía durante el auto de fe.
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