viernes, 9 de agosto de 2019

06 Agosto 1750. Milagros en Épila.

Fotografía tomada del interior de la Capilla de la Huerta del Convento de las Hermanas Concepcionistas de la Villa de Épila 11 de Agosto del 2020. 
Nos cuenta la Madre Superiora: Entre los "agujeros" que existen en el suelo de la Imagen desde tiempos inmemorables las Hermanas Recoletas. en pedazos de papel pequeños escondían sus plegarias en dichos agujeros a los pies de la Imagen.
Interior de la Capilla de la Huerta del Convento de las Hermanas Concepcionistas de la Villa de Épila fotografía hecha el 11 de Agosto del 2020
Convento fundado por los V condes de Aranda (D. Antonio Jiménez de Urrea y Dª. Luisa Padilla y Manrique, su esposa) con motivaciones no solo religiosas y contrarreformistas (ante el avance protestante), sino también claramente propagandísticas.

El proceso de fundación comenzó el 28 de octubre de 1621, cuando los condes manifestaron por escrito su intención de erigir un convento femenino en Épila dedicado a la Inmaculada Concepción. Tras expropiar la casa-palacio de D. Manuel González de Urrea (miembro de una rama secundaria de la familia Jiménez de Urrea) debido al dictamen de una comisión de visores que determinó ese emplazamiento como el más óptimo para levantar el cenobio, el 26 de noviembre de 1621 comenzaron a residir en la vivienda un número indeterminado de religiosas procedentes del convento de Nuestra Señora de Jerusalén de Zaragoza.

Una vez instalada la comunidad en Épila, el proceso de conformación de la institución se inició formalmente con la firma de la "Capitulación y Concordancia entre las autoridades franciscanas y los condes de Aranda" el 2 de febrero de 1622, documento en el que se establecían las distintas cláusulas a las que se comprometían ambas partes. Entre otros aspectos se acordó el tiempo de ejecución de las obras, la dotación económica anual que aportarían los condes para la manutención de la comunidad y la triple función de la iglesia asociada: como templo, como capilla palaciega y como mausoleo familiar. Finalmente, la fundación se hizo efectiva en marzo de 1622, año en el que comenzaron las primeras obras de adecuación mediante el levantamiento del muro perimetral.

Sin embargo, no sería hasta principios de 1624 que comenzó el verdadero proyecto de edificación con el levantamiento de la iglesia y la remodelación de la antigua vivienda de D. Manuel González de Urrea. Tras diversos motivos económicos y legales, las obras finalizaron con un año de retraso, poco antes del 24 de septiembre de 1628 (tal y como reza la dedicatoria del templo a la Virgen de la Inmaculada), inaugurándose el templo el 21 de octubre de 1629.

Aparentemente la comunidad no fue afectada por ningún hecho sobresaliente a lo largo de los siglos. Parece ser que Madoz la menciona en su Diccionario, aunque indica que se trata de un convento de "religiosos franciscanos"; esta alusión posiblemente se deba a un error, pues de los tres cenobios que llegaron a existir en Épila, dos ya no existían cuando hizo su investigación (de agustinos y capuchinos) y solo restaba el de franciscanas.

En la actualidad, la comunidad sigue activa en su emplazamiento original.

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