Sabado,13 de Julio 1935
Nos cuenta Nuestro Amigo Joaquín Sobreviela Alonso: Triste suceso, muy conocido por mi, pues mi abuelo me contó mucho de como fue, de las disputas abundantes que venían de lejos, eran de tipo familiar, se da el caso de que el agresor y el agredido eran cuñados. Y no deseo contar nada mas por que las familias son de Épila, sólo diré que cuando el agresor fue trasladado de la cárcel del Ayuntamiento de Epila a la cárcel de Calatayud, a la espera de Juicio, salió una gran multitud de vecinos de Epila, a la plaza del Ayuntamiento y en el mas absoluto silencio en señal de respeto esperaron a que saliese el acusado, escoltado por la Guardia Civil, una vez que partieron hacia la cárcel de Calatayud, se disolvieron en el mas absoluto silencio. Posteriormente el Alcalde de Epila, se personó en el Juicio, representando a los vecinos del pueblo y pidió clemencia por el agresor, que fué tenida en cuenta y la pena de cárcel, fué relativamente corta, volviendo al pueblo con toda normalidad, las dos familias eran muy queridas en Epìla. Siempre acaba mi abuelo puentero diciendo que entonces la justicia era JUSTA y a quien tenia razón los jueces; se la daban. NO como ahora.
Nos cuenta Nuestro Vecino Agustín G. Lázaro: Recuerdo que, siendo niño, con 8 o 9 años, presencié también una triste escena. Creo recordar que un vecino, al parecer había matado varios corderos de otro... Estuvo detenido en la cárcel y vino un furgón de la guardia civil a llevarlo a Zaragoza. En la plaza había mucha gente presenciándolo... Al sacarlo esposado gritaba como un loco "matadme aquí mismo"... No sé bien cómo fue la historia porque a los niños no se nos daban explicaciones de aquellas cosas, pero son de esas situaciones que no se olvidan... Todos los niños sabíamos de aquella puertecilla en la esquina de la plaza que era "la cárcel"... Daba mucho respeto...
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