lunes, 19 de junio de 2023

Araña "Ladrona" en Épila

Pisaura Mirabilis: La Araña Pisaura mirabilis es comúnmente conocida como araña ladrona. Quizás este sobrenombre le viene dado por su actuación en el momento del cortejo. Parece ser que esta araña es el único animal capaz de fingir la muerte con pretensiones de apareamiento.
Pertenece a la Familia Pisauridae, grupo que engloba a arañas de un tamaño respetable y con largas patas. No usan trampas. Cazan activamente a sus presas en la vegetación baja o en emboscada. Es característico de esta familia que las hembras mantengan la puesta debajo del esternón, agarrado por los quelíceros. Cuando llega el momento de la eclosión cuelga la puesta en la hierba y teje alrededor una tela. Tienen una distribución de los ojos muy parecida similar a las arañas lobos (licósidos) con los ojos dispuestos en tres filas (aunque varía la disposición y tamaño).
El género Pisaura únicamente contiene una especie en la Península Ibérica.
Le gusta tomar el sol manteniendo sus dos pares de patas delanteras juntas, apuntando hacia adelante. Sus ojos detectan fácilmente el movimiento. Se alimentan de pequeños insectos.
Los adultos son cazadores activos y no tejen una red para atrapar comida, utilizan si agilidad para capturar moscas y otros insectos.
Un regalo nupcial
El macho atrapa y le presenta un insecto envuelto como «regalo» de cortejo a la hembra. Si la hembra lo acepta, mientras consume el obsequio, el macho inicia la transferencia de esperma.
Puede darse el caso que la hembra trate de robar el obsequio o que interrumpa la cópula, sin que el macho obtenga su propósito. Entonces el macho se adhiere al regalo y se hace el muerto (tanatosis), siendo arrastrado a la guarida junto con su obsequio. Posteriormente cuando consuma el regalo la hembra nuevamente, el macho «resucitará» e iniciará o continuará la cópula.
Además, los machos pueden envolver regalos sin valor, por ejemplo exoesqueletos vacíos, plásticos o semillas y, mientras que la hembra descubre el engaño, el macho aprovecha para aparearse.
La hembra mantiene el capullo de huevo en sus quelíceros hasta que están a punto de eclosionar. Justo es el momento que construye una red en la que las crías permanecen hasta que se dispersan. Defenderá a sus crías hasta que se dispersen después de su primera muda.

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