La Voz de Aragón: diario gráfico independiente: Año VI, Número 1434 - Sábado 03 de Mayo de 1930 (1930-05-03)
Nos cuenta Nuestro Amigo y colaborador Manuel Ballarin Aured: Aupada en la incipiente modernidad, Épila, ya en los años veinte, había disfrutado de proyecciones de películas en la plaza de toros, promovidas por su contratista, Pedro Giménez Lorente, y había contado con dos salas de cine: el Novelty, que, con sus 200 butacas, ocupaba una planta del edificio que albergaba al Casino Artístico, y el Cine-Teatro Principal, inaugurado en 1920, con un aforo de 290 butacas, ubicado en la planta baja del Casino de la Amistad. En 1931 solo funcionaba el segundo, propiedad de La Urbana de Épila, y con gran éxito, según el corresponsal del Heraldo; con llenos a rebosar para asistir a las primeras proyecciones de cine sonoro. Al año siguiente, en la calle Condesa, se le uniría el Cine-Teatro Ambos Mundos, propiedad del emprendedor Pedro Giménez, «quien [según el corresponsal Cebollada] tenía proyectado dejarlo a la altura de los grandes teatros de las grandes capitales». Evidentemente, solo lo conseguiría con el nombre, de claras resonancias capitalinas, pero a partir de entonces rivalizaría con el Principal en ofrecer al público, sobre todo durante las fiestas patronales y carnaval, atractivas actuaciones de compañías de teatro, varietés y zarzuela y una continuada programación cinematográfica. A título ilustrativo, el Principal, que durante la Guerra Civil fue utilizado por los golpistas como cárcel, exhibió durante los sábados, domingos y festivos de marzo y abril de 1936 trece películas, algunas de ellas dirigidas o interpretadas por realizadores y actores tan populares como Florián Rey, José Luis Sáenz de Heredia, Santiago Ontañón, León Artola, Rafael Durán, Imperio Argentina, Angelillo, Estrellita Castro o Charles Boyer: "A casarse, muchachas", "Sierra de Ronda", "Los claveles", "La hija de Juan Simón", "Una americana", "Sin familia", "Paganini", "Doña Francisquita", "Rosario la cortijera", "Madre", "Semana de felicidad", "I.F.1. no contesta" y "Guillermo Tell". (Manuel Ballarín, Un paso adelante, cien atrás. Épila, 1931-1939, Editorial Comuniter, Zaragoza, 2020, pág. 53)
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