Octavio García Filera

Asun Iglesias para In memoriam 

Octavio García Filera

 Tú historia son los montes áridos de aquella villa de tierra árida y fértil de Épila. Tierra que amaste desde hace tus 86 años de vida intensa y disfrutada. Hoy hablan de resiliencia como un invento de ahora, cuando aquellos de antes sufristeis la locura de la post guerra, el campo, muertes, despedidas, olvidos, enfados y duros momentos. Pero hoy hablaré de que te conocí sabiendo que habías enseñado a conducir a generaciones de epilenses. Te vi por primera vez en tu casa de Rodanas, tu terreno calmado rodeado de matas de romero y tomillo, cerca de tu Virgen, donde te gustaba invitar a tus amigos y familia a tardes de ternasco y vino, de olivares y abejas, del polvo del camino llano de tu tierra. Hace poco tuve la suerte de que me enseñaste tu taller y tu pequeño museo de fotos que atesorabas, como nunca queriendo olvidar quien fuiste y quienes fueron tus amigos, aquellos que te llamaban para cocinar un rancho para 200 personas o una paella récord para 400. Como entonces salió publicado en aquel periódico del que presumías. Porque eso es lo que os gusta a los Filera, juntarnos a comer a tropecientos y disfrutar. Un día en la radio hablaban de ti, “el famoso Curro de Épila” y me di cuenta de que sí lo eras. Y fuiste torero, camarero, chef, agricultor, profesor, mecánico y patrón. Lo fuiste todo, para ti, los tuyos y tus amigos. Te fuiste prometiéndonos una costillada y la haremos cuando nos juntemos en el cielo, mirando tu tierra dorada y verde de Rodanas y tus campos de olivos, melones… o lo que se te haya ocurrido. Va por ti el último brindis, Curretti.