lunes, 3 de junio de 2024

15 Marzo 1724. Las torres del palacio de Épila, por Luis Capmartin.


Según nos cuenta Nuestro Amigo y Colaborador Don Luis Capmartin:

TORRES EN EL PALACIO ÉPILA. LOS MOTIVOS PORQUE SE DERRIBARON

Fachada Principal Antiguamente. Ver Pleito Torres del Palacio NC 20 Sala IV, Legajo 81- 22,1. P 1307/11 al 14. Ducado de Hijar en el Archivo Provincial de Zaragoza.

Constituyen tanto el Palacio como el convento e iglesia uno de los conjuntos más notables del siglo XVII en Aragón. La fachada más noble del palacio cara Este, con respecto al Sol, no es la principal, sino la posterior, que da a la cara Oeste y forma ángulo, en una amplia explanada, con la portada del convento, donde los condes concentraron todo el ornato. 
El palacio que está situado en la parte baja de la Villa, queda unido a la iglesia del Convento por un pasadizo cerrado sobre un doble arco después la construcción desciende al igual que el resto del casco urbano hacia el. En su día tenía dos torres, que fueron derribadas reinando en España Luis I, que fue el rey más efímero de la historia de España ya que gobernó hasta su muerte solamente 229 días.
En ella se aprecian los paños de piedra irregular entre pilastras e impostas, no hay portada, sólo grandes balcones y ventanas enrejadas en las tres plantas que se levantan sobre un basamento de piedra sillar con pequeñas puertas, lo que en realidad es otra planta de escasa altura que sirvió para almacenar las importantes rentas de los condes. Este gran bloque de mampostería con encintados, que tiene claras influencias de la construcción madrileña de principios del siglo XVII, se continúa hacia el norte con un material diferente, el ladrillo, utilizado al estilo aragonés.
 Este mismo tipo de construcción de ladrillo con la galería de arquillos se aprecia en la fachada y en los
muros laterales del convento de la Inmaculada Concepción, unido al palacio por un pasillo elevado sobre dos arcos de medio punto.

SELLO TERCERO SESENTA Y OCHO MARAVEDÍES AÑO DE MIL SETECIENTOS VEINTE Y CUATRO. VALGA POR EL REYNADO DE DON LUIS EL PRIMERO.

Don Pedro Luis de la Borda, así los señores, oidores por parte de la condesa de Aranda Doña Juana Rocafull y Rocaberti, (viuda del VII Conde de Aranda don Dionisio Antonio Ximénez de Urrea, Olim Fernández de Heredia, Zapata de Calatayud, Vera, Oriola, Jover. Claver y Fernández de Hijar.
Se nombraron visores a Juan Sánchez, y Francisco Zeballos maestros de obras, y a Juan Zabalo y Gerónimo Fuster, maestros carpinteros. Estos entre otros oficios que notaron con necesidad de reparar, previnieron que en el palacio de Épila amenazaban ruina las dos torres por cargar la mitad de ellas sobre puentes y que para sus reparos eran precisas dos mil libras jaquesas. Pero habiendo hecho posteriormente reflexión, dijeron que de ninguna suerte las daban por seguras por los motivos que en fin de las relaciones presentadas por los dos : Francisco Zeballos y Gerónimo Fuster se expresan y respecto de que las requeridas torres se mantienen con mayor riesgo y sin haberse reparado y sin haberse decretado la demolición de ellas o la obligación de repararlas por ser notorio haberlas fabricado voluntariamente el conde Don Antonio y contemplar que era dificultoso obligar al poshedor a mantener sus edificios.
Don Luis de la Borda declara y determina que, las referidas torres se deben demoler, por el riesgo del Palacio y esto con la brevedad que pide el inminente riesgo a que está expuesto el Palacio sobre el que hago el Pedimento más útil y necesario y Felix de Roy.
Zaragoza a 15 de Marzo de 1724.
Dado el despacho necesario para Execución y de lo probeido y mandado por dicho auto por parte de la dicha condesa de Aranda doña Juana de Rocafull y Rocaberty se convino con Joseph Guallart, Agustín Domínguez maestros alarifes naturales y vecinos de necesario para Execución y de lo probeido y mandado por dicho auto por parte de la dicha condesa de Aranda doña Juana de Rocafull y Rocaberty se convino con Joseph Guallart, Agustín Domínguez maestros alarifes naturales y vecinos de esta villa en la cantidad de 105 libras jaquesas y en su virtud fueron demolidas las torres con la asistencia de la justicia Ordinaria.
En agosto de 1725 custodiaban el Palacio Don Francisco Enguera, don Francisco Zerlanga, don Manuel Roy, doña Teresa de Asín y don Juan Carvajal.

-Nos cuenta Nuestro Amigo y Colaborador Manuel Ballarin Aured; Para más información, consúltense el interesante libro de Javier Martínez Molina sobre el conjunto palaciego, editado por la Institución Fernando el Católico:

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