Fachada de la casa de la Abuela Paterna, donde se encuentra el escudo Familiar de los Sardi y Ardid en la calle de la Condesa de Montenegrón en Épila.
-Nuestro Amigo y colaborador Luis Capmatin: A los pocos años de edad sus padres se trasladaron a Épila en donde transcurriría su infancia y regresaría siendo mozo a Zaragoza en donde cursó la carrera de Derecho.
Fue abogado de los tribunales del reino y académico de la Real Academia Aragonesa de Jurisprudencia. Magistrado. Fue también alcalde presidente del Ayuntamiento de Épila, y por acuerdo de dicha corporación, ratificado por el gobernador civil de Zaragoza, adoptado el 4-VI-1867, encabezó (como pariente más cercano del Santo Inquisidor) la representación oficial enviada a Roma el día 30 de junio 1867 a las ceremonias de canonización de San Pedro de Arbués.
Se destacó allí por su elocuencia y conocimiento del derecho canónico por lo que Su Santidad Pío IX, “en atención a sus merecimientos y queriendo honrar a la ilustre familia del nuevo santo y a la católica villa y país aragonés que le había conferido coincidiendo con su presencia en Roma por dicha canonización le otorgó el título pontificio de Conde de San Pedro de Arbués.
Policarpo casó en primeras nupcias con Luisa Portabella, siendo padres de: Mercedes y Luisa que a los pocos meses de nacer. Unas semanas antes había fallecido su madre de posparto. Tras enviudar, contrajo segundas nupcias con Eugenia Casañes Sales, (hija legítima de don Eugenio Casañes Rive y de doña Teresa Sales Bordalva, de ilustre familia ilerdense). La ceremonia religiosa se celebró, el día 26-VI-1885 en la Parroquia de San Lorenzo Mártir (Lérida), según consta en su Archivo Parroquial (Folio 26, Tomo XII).
La familia quedó establecida en la calle de Alfonso I, nº 18, en Zaragoza. Don Policarpo tuvo una grave enfermedad, que le tuvo a las puertas de la muerte. Realizó con sus manos el denominado Farol del Pilar, representando en cristal al grandioso templo del Pilar, y que es sacado todos los años el día 13 de octubre en la procesión de los Faroles. A esta gran obra dedicó diez años de su vida.
Durante esta época es cuando la sensibilidad de su carácter artístico, unido a la devoción del Pilar, le llevaron a emprender la reproducción en cristal de la Basílica del Pilar, como ofrenda a la Santísima Virgen, por haber salido con fortuna de esa dolencia, ofreciendo hacerle un farol que figurase la Santa Capilla, torres y demás elementos arquitectónicos del Templo, lo que llevó a cabo con sus propias manos a fuerza de tiempo y paciencia, todo ello con cristal traslúcido, pudiéndose iluminarse por su interior (por cuyo trabajó quedó casi ciego).
El Periódico LA NACIÓN, fecha de 4 de septiembre de 1872 publicaba como curiosidad artística el farol que estaba construyendo en Épila, Don Policarpo Valero para regalarlo á la Virgen del Pilar y que figurará en el Rosario del día 13 de octubre del mismo año Es obra que llamó la atención a los zaragozanos por sus dimensiones y por su mérito.
El tablero que lo sostiene tiene ocho metros cuadrados de superficie y el farol la ocupa todo menos un espacio de quince centímetros alrededor: Su altura total es casi cuatro metros aproximadamente de altura, está compuesta de 130.000 piezas y representa con admirable exactitud el interior y exterior del santo templo metropolitano de nuestra excelsa patrona para lo cual se han empleado pequeños cristales esmerilados y de colores que forman los adornos y pinturas de las paredes, combinados de modo que no se confunden unos con otros.
Para hacer los arcos, bovedas, pechinas y anillos que ha empleado el Sr Valero más que cristales planos, y es muy sólida la construcción por que las columnas y estribos están atravesados por barras de hierro que, atornilladas en la parte baja del tablero vienen a recibir y sujetar los arcos y bóvedas.
Para llevarlo se necesitarán 12 hombres y en la construcción ha empleado ya el Sr. Valero un año aun sin que a pensar en ello pueda dejarlo concluido para la festividad de la Virgen,
Irá sin embargo en el Rosario como se ha dicho, y después lo terminará el constructor para que en el año 1873 pueda aparecer completo.
Obra que es sacada todos los años el día 13 de octubre en la procesión de los Faroles y precisando el enorme farol, el esfuerzo de veinte hombres para ser transportado en andas.
Le dedicó diez años de su vida, realizando una esmerada obra de arte, que nos demuestra con todo detalle las diferentes torres y demás detalles arquitectónicos del templo.
Sin embargo, la tranquilidad hogareña de Épila no era para el inquieto carácter de Don Policarpo, ni podía llevar la intensa actividad social a la que estaba acostumbrado, por lo que en 1912 decide trasladarse a Madrid en donde esperaba encontrar más oportunidades para su hijos, estableciéndose primeramente en la calle Onofre, nº, 5. En Madrid volvería a reanudar las relaciones con sus parientes los “Monet”, en especial con su tío Don Fernando Monet Urionagoena y con su primo Don Ricardo Monet Carretero. Es a través de su tío Don Fernando como pudo adquirir el piso de la calle del Pez, nº 36, donde vivieron sus descendientes.
Don Policarpo había emitido su testamento, el 7-XI-1887, ante Don Ignacio Sol y Bertuán, Notario de la ciudad de Lérida. Falleció en Madrid, en su domicilio de la calle del Pez, nº 38, el 8-IX-1917, a los 78 años de edad, a las 14 horas, a consecuencia de una miocarditis, siendo inhumado en el Cementerio de la Almudena, en sepultura perpetua. Su viuda Doña Eugenia siguió viviendo en dicho domicilio hasta su muerte en 4-X-1950, a los 93 años de edad, siendo inhumada junto a su esposo. Tuvo por hijos legítimos, de su segundo matrimonio a: Vicente, José, Ignacio, Antonio y Ángel.
Don Policarpo, realizó con sus manos el denominado Farol del Pilar, (por cuyo trabajó quedó casi ciego, colaboraron con él los ensambladores Olietanos/Olietinos don Marcelino Rubio y su hijo Melitón Rubio Lapiedra), representando en cristal al grandioso templo del Pilar, y que es sacado todos los años el día 13 de octubre en la procesión de los Faroles. A esta gran obra dedicó diez años de su vida.