Iglesia Parroquial de Épila, Santa María la Mayor ó de Nuestra Señora del Pópolo |
jueves, 24 de octubre de 2019
Épila y sus Joyas
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miércoles, 23 de octubre de 2019
Épila y su turismo
Siempre cerrada...¡¡ Opinión Personal |
Cuando me metí a ser guía de la Parroquia de mi Pueblo no sabia el Universo que se abría ante mi, conociendo datos de las Vidas Pasadas de los Habitantes de la Villa de Épila, conocí relatos que francamente me hubieran sonado mas a largometrajes extranjeros cargados de premios en todas sus vertientes.... (en fin).....
Siendo voluntario para enseñar la Parroquia de mi Pueblo he aprendido a sentir la calma de sus calles, llenas de anécdotas singulares, he aprendido a sentir el Alma de los que ya no están recordando viejas batallas de aquí y de allá, he aprendido a notar la calidez de su Arquitectura basándome en las marcas de los viejos cinceles en los antiguos Sillares que como arrugas de piel humana se tratase ......
También he aprendido entre lo mas importante a Amar a mi Pueblo, a recargar mi Alma con su Grandeza a apreciar la Vida en cada bocanada de aire recorriendo cada uno de sus rincones y dándome cada día mas cuenta que eres Muy Grande mi Épila descuidada, olvidada, ultrajada y despreciada Villa de Épila, aunque me reconforta saber que aun hay quien te hecha de menos y te da el valor que en otros tiempos tuviste......
“El turismo representa el medio por excelencia para preservar la identidad y poner en justo valor el patrimonio nacional” -Enrique de la Madrid.
Servir de alguna forma a Épila me a convertido para mi entender en mucho mejor Ser Humano, me a ayudado a conocer a Personas que jamas hubiera sido posible conocer.
lunes, 21 de octubre de 2019
¿Como nos trata la Vida ?
Semana Santa de 1996 |
09 de Octubre de 2019 |
Solo entre estas dos fotos existe una diferencia de 23 años, que a lo largo de la Vida aparentan ser unos 23 rápidos microsegundos si a la Longevidad de la Historia nos referimos, quiero decir que si en un periodo tan "aparentemente corto" como son 23 años aprecio ciertas deficiencias en su conservación que no se notara en 50 años mas..? Y en 100...? En 150 años seguirá en pie...?
Según nos cuenta María Encarnación Padilla en sus trabajos sobre la Villa de Épila, este Puente que podemos observar en las fotografías era uno de los siete puentes que cruzaban y así se unían el termino de la Villa a ambos lados del Río Jalón.
Un Pueblo que en su Historia muestra una Vida cara al Río de Paz y armonía y que en los tiempos actuales se vive a espaldas de El.
Épila tienen muchas Grandezas que lo levantaron y lo hicieron Único pero no debemos de olvidar que si Épila es hoy lo que es, es gracias a sus principios que lo dieron la fuerza y la vitalidad de hacerle crecer fuerte y sano y todo gracias al paso de su Río Jalón, que por eso se asentaron sus primeros Pobladores ya hace mas de 2700 años.....
Poco a poco nos estamos trasformando cara Nuestro río en ese tipo de "amistades" que todos huimos de ellas ya que solo nos muestran cara cuando quieren algo de nosotros para su bien y conveniencia pues al igual estamos tratándolo ahora a nuestro patrimonio en el cauce del Jalón y este ultimo de seguro que si lo dejamos perder no regresara jamas......En fin...
Si conservas el Patrimonio de tú Pueblo también conservas donde se asentaron las Raíces de tú Antepasados....En tú mano esta el conservar lo que nos queda....
sábado, 19 de octubre de 2019
Épila, un lugar con muchas Historias que contar....
Un pueblo sin el conocimiento de su historia pasada, el origen y la cultura es como un árbol sin raíces. Marcus Garvey |
Calle La Peña de la Villa de Épila |
viernes, 18 de octubre de 2019
15 de Noviembre 1974. No hay felicidad completa.
Nos cuenta Nuestro Amigo Manuel Ballarin Aured: Nos costó Dios y ayuda organizarlas, pues hubo que sortear la censura, conseguir las autorizaciones, vencer un montón de reticencias, salvar el miedo e, incluso, alguna que otra velada amenaza. Estábamos en los últimos momentos del franquismo, todavía vivía el Caudillo... Pero las I Jornadas Aragonesas fueron un exitazo. Y se lograron sin que ninguno de los conferenciantes, artistas, músicos (todos de renombre, todos generosos y comprometidos con la democracia) cobraran un duro. Ni los organizadores, por supuesto. Las II Jornadas, igual de exitosas, tuvieron más problemas, ya que, para evitar que fueran prohibidas, hubo que invitar como conferenciante a don Hipólito Gómez de las Roces, presidente de la DPZ, que entonces comenzaba a desmarcarse del régimen. Aún así, la exposición de pintura de los Asociación de Artistas Plásticos de Zaragoza fue prohibida por el alcalde, don Jose García Lana, en el mismo momento de su inauguración. La noticia se publicó en la revista Cambio 16. Si no recuerdo mal, en el artículo (de mi amigo Luis Granell, q.e.p.d.) se comentó que probablemente aquella había sido la exposición más efímera de la historia, y yo mismo publicité las jornadas, día a día, en Radio Popular y en una conexión con el programa "Para vosotros, jóvenes", de Radio Nacional de España, que entonces llevaban Carlos Tena, Gonzalo Daría Pelayo y, si no me equivoco, Eduardo Sotillos. Todo, gracias a la colaboración y gentileza de Plácido Serrano. Madre mía, qué tiempos. ¡Y pensar que todavía quedan nostálgicos de la dictadura!
miércoles, 9 de octubre de 2019
12 Octubre Un Épilense en las Fiestas del Pilar
martes, 8 de octubre de 2019
12 Julio 1949. Épila y su Banda de Música.
-La primera Banda de Música que se conoce en Épila, data de 1880 y se mantuvo hasta 1954. Después de un paréntesis sin Banda, de más de 30 años, en 1985, a través del convenio “Bandas en Marcha” entre la Diputación Provincial de Zaragoza y los Ayuntamientos de la provincia, inicia su andadura la actual Banda de Música de Épila como Banda Municipal.
Don Gregario Tejero uno de los Directores de la banda de música de Épila de los años 1930 a los 1950, un Gran Maestro y mejor Persona así hablan de El quien lo conoció.Este director se marcho a Ateca en 1950 y antes de 1930 estaba como director Don Ayala Bernadaus.
Tambien nos comenta Manuel Ballarin que en los años veinte, la banda de música (con carácter municipal desde 1898), que había consolidado un incuestionable prestigio, era citada por los hermanos Albareda, junto a las legendarias de Alagón y Encinacorba, como una de las más destacadas de la provincia. En los años treinta, dirigida por el maestro Gregorio Tejero, parece hallarse en plena renovación, a juzgar por la juventud de sus componentes (apenas tres de ellos llegaban a la veintena de años). Indispensable en la vida local, gracias a su presencia en toda suerte de manifestaciones oficiales y populares y a sus conciertos dominicales en la plaza de la República, la banda se vio apoyada por una nutrida sociedad protectora, creada por el médico Benito Gaspar. Estaba integrada por Fortunato Martínez, fiscorno; Francisco Peiró, bombardino; Delfín Sancho, Ramón Peiró y Sixto Bernad, saxos; Teófilo Pueyo, trompeta solista; Daniel Sobrevilla, trompeta segunda; Miguel Gilaverte y Miguel Rivas, bajos; Tomás Cuartero, Andrés Navarro, Manuel Bernad y Elías Sobrecasas, clarinetes; José Bernad, bombo y platos; Francisco Lázaro y Antonio Remiro, trompas; Demetrio Martínez, Fernando Ondiviela y Cándido Lacarta, trombones; José Gimeno, caja; Andrés Serrano, requinto, y Bruno Va, flauta. (Tomado de mi próximo libro, "Épila 1931-1939. Un paso adelante, cien atrás"),
En los años treinta, además de la banda, un importante plantel de buenos músicos (Luis y Lino Rivas, Joaquín y Emilio Adiego, José y Celedonio Ayala, Felipe Cabello, Gregorio Tejero, José Lázaro, Santiago Va, Manuel Mafioli o Pablo Pimpinela), enrolados en las populares orquestas de Ayala, Cabello y Rivas, amenizaban en la comarca los bailes celebrados en sociedades de nombres tan evocadores como El Rodeo, La Ideal Rosales y La Alegría de la Huerta, en Épila; La Perla, Triana y La Maravilla, en Rueda de Jalón; Las Flores del País y La Flor de Aragón, en Lumpiaque; La Armonía, en Bardallur; Los Claveles Rojos, en Plasencia de Jalón; Cuatro Vientos, en Ricla; La Maravilla y La Alegría, en Urrea de Jalón; o La Invencible y La Unión, en Lucena de Jalón.
Nos cuenta Dº Agustin G Lázaro que Dº Jose Ayala Bernadaus, primo hermano de su Madre, fue director de la banda y fundador de la orquesta Ayala, que amenizaba las fiestas de todos los pueblos de la comarca. Con su hermano Celedonio, enseñó música a medio pueblo.vcpn el aprendieron mi tío Jose Lazaro Bernadaus (el Trompeta), que era primo suyo, y mas tarde Antonio Gil o Gregorio Secorun (sobrino de José y Celedonio), los tres integrantes de la Orquesta Jalón, junto al maestro Rivas, de tan grato recuerdo en las veladas de Las Vegas. Como se dice en El Quijote, «donde hay música no puede haber mala gente» . Honor y gloria a estos queridos músicos.
Tambien nos comenta Manuel Ballarin que en los años veinte, la banda de música (con carácter municipal desde 1898), que había consolidado un incuestionable prestigio, era citada por los hermanos Albareda, junto a las legendarias de Alagón y Encinacorba, como una de las más destacadas de la provincia. En los años treinta, dirigida por el maestro Gregorio Tejero, parece hallarse en plena renovación, a juzgar por la juventud de sus componentes (apenas tres de ellos llegaban a la veintena de años). Indispensable en la vida local, gracias a su presencia en toda suerte de manifestaciones oficiales y populares y a sus conciertos dominicales en la plaza de la República, la banda se vio apoyada por una nutrida sociedad protectora, creada por el médico Benito Gaspar. Estaba integrada por Fortunato Martínez, fiscorno; Francisco Peiró, bombardino; Delfín Sancho, Ramón Peiró y Sixto Bernad, saxos; Teófilo Pueyo, trompeta solista; Daniel Sobrevilla, trompeta segunda; Miguel Gilaverte y Miguel Rivas, bajos; Tomás Cuartero, Andrés Navarro, Manuel Bernad y Elías Sobrecasas, clarinetes; José Bernad, bombo y platos; Francisco Lázaro y Antonio Remiro, trompas; Demetrio Martínez, Fernando Ondiviela y Cándido Lacarta, trombones; José Gimeno, caja; Andrés Serrano, requinto, y Bruno Va, flauta. (Tomado de mi próximo libro, "Épila 1931-1939. Un paso adelante, cien atrás"),
En los años treinta, además de la banda, un importante plantel de buenos músicos (Luis y Lino Rivas, Joaquín y Emilio Adiego, José y Celedonio Ayala, Felipe Cabello, Gregorio Tejero, José Lázaro, Santiago Va, Manuel Mafioli o Pablo Pimpinela), enrolados en las populares orquestas de Ayala, Cabello y Rivas, amenizaban en la comarca los bailes celebrados en sociedades de nombres tan evocadores como El Rodeo, La Ideal Rosales y La Alegría de la Huerta, en Épila; La Perla, Triana y La Maravilla, en Rueda de Jalón; Las Flores del País y La Flor de Aragón, en Lumpiaque; La Armonía, en Bardallur; Los Claveles Rojos, en Plasencia de Jalón; Cuatro Vientos, en Ricla; La Maravilla y La Alegría, en Urrea de Jalón; o La Invencible y La Unión, en Lucena de Jalón.
Nos cuenta Dº Agustin G Lázaro que Dº Jose Ayala Bernadaus, primo hermano de su Madre, fue director de la banda y fundador de la orquesta Ayala, que amenizaba las fiestas de todos los pueblos de la comarca. Con su hermano Celedonio, enseñó música a medio pueblo.vcpn el aprendieron mi tío Jose Lazaro Bernadaus (el Trompeta), que era primo suyo, y mas tarde Antonio Gil o Gregorio Secorun (sobrino de José y Celedonio), los tres integrantes de la Orquesta Jalón, junto al maestro Rivas, de tan grato recuerdo en las veladas de Las Vegas. Como se dice en El Quijote, «donde hay música no puede haber mala gente» . Honor y gloria a estos queridos músicos.
Fotografía de La Banda Municipal de Épila
Nuestro Amigo Fernando Huerta Pelegrin nos cuenta; En 1984 se crea la Banda Municipal de Música bajo la dirección de D. Francisco Veses Martínez.
sábado, 5 de octubre de 2019
24 Septiembre de 1872. Un "pedazito" de Épila en forma de la Basílica del Pilar.
13 de Octubre 2019 |
POLICARPO VALERO DE BERNABÉ Y CASTAÑOS SARDI MONET Y DE ARBUÉS, fue bautizado en Zaragoza, el día 25-I-1839, en la Parroquia de La Seo (Folio 6, Tomo XV). Recibió los nombres de “Policarpo, Ramón, Rafael, Antonio, Benito, Lino”. Fueron madrinas Doña Francisca Valero de Bernabé y Sardí, su tía paterna y Doña Teresa Fortea, ambas naturales de Calamocha. Fue bautizado por el párroco de la misma Don Vicente Moreno, según consta en el folio 6, del tomo 15 del Libro de los Bautizados, de los Quinque Libri de dicha parroquia.
A los pocos años de nacer, sus padres se trasladaron a la localidad de Épila. Ésta Villa era la tierra de Doña Luisa Bernarda Sardi y Ardid, abuela paterna de Don Policarpo en Donde se encontraban las tierras y posesiones de esta familia. Su infancia se desarrolló en dicha villa, mostrando su sensibilidad e inquieto temperamento. A los dieciocho años, marcha a Zaragoza para seguir los estudios de Arquitectura, sin embargo llevaba una vida algo mundana, lo que obligó a su padre Don Vicente, marchar a buscarlo y regresó con él.
La vida tranquila que llevaba en la casa paterna, requirió nuevamente el permiso paterno para marchar a Zaragoza a fin de estudiar Leyes como su padre. Tras cursar siete años de Leyes en la Facultad de Derecho, obtuvo su graduación como Licenciado en Derecho Civil y Canónigo, siendo recibido por el Colegio de Abogados de Zaragoza, en el año 1865.
Fue abogado de los tribunales del reino y académico de la Real Academia Aragonesa de Jurisprudencia. Magistrado. Fue también Alcalde Presidente del Ayuntamiento de Épila, y por acuerdo de dicha corporación, ratificado por el Gobernador Civil de Zaragoza, adoptado el 4-VI-1867, encabezó juntamente con D Ángel Valero de Bernabé y Algora (como parientes más cercano del Santo Inquisidor) las ceremonias de canonización de San Pedro de Arbués,en representación oficial enviada a Roma en las ceremonias de canonización de San Pedro de Arbués. En la misma fue investido por el Pontífice Pío IX, con el título pontificio de Conde de San Pedro de Arbués. Todo esto queda ratificado en un facsímil que se conserva, en el Ayuntamiento de Épila.
Fotografía de Época que muestra dicha Obra de Arte en Zaragoza |
Don Policarpo tuvo una grave enfermedad, que le tuvo a las puertas de la muerte. Durante esta época es cuando la sensibilidad de su carácter artístico, unido a la devoción del Pilar, le llevaron a emprender la reproducción en cristal de la Basílica del Pilar, como ofrenda a la Santísima Virgen, por haber salido con fortuna de esa dolencia, ofreciendo hacerle un farol que figurarse la Santa Capilla, torres y demás elementos arquitectónicos del Templo para ello se estableció en una casa que había comprado en Épila, que fue donde realizó su obra lo que llevó a cabo con sus propias manos a fuerza de tiempo y paciencia, todo ello con cristal traslúcido, pudiéndose iluminarse por su interior (por cuyo trabajó quedó casi ciego).
Obra que es sacada todos los años el día 13 de octubre en la procesión de los Faroles y precisando el enorme farol, el esfuerzo de veinte hombres para ser transportado en andas. Le dedicó diez años de su vida, realizando una esmerada obra de arte, que nos demuestra con todo detalle las diferentes torres y demás detalles arquitectónicos del templo compuesto por 30.000 piezas de cristal.
Fue ayudado en la segunda fase cuando fabricaba las dos torres y parte del interior por el joven emplomador Oletino (Teruel) Melitón Rubio Lapiedra que sus padres pasaron a radicar en Épila.
Y en esa calle que por tal motivo se le llamaba la calle del Farol, luego de los Policarpo, calle Alejandro Biesa, calle Larga y hoy en Condesa de Monte Negrón. Tenía unas magníficas tierras en el “Monte Cabezuelo”, próximo a Épila, en donde había construido una espléndida mansión, en la que gustaba reunir a numerosos familiares y personalidades de la zona, en unas veladas que se hicieron famosas.
Calle Duquesa Montenegrón antigua Calle del Farol de Épila y fachada de tres persianas donde se construyó El Faro y las fotografías siguientes están realizadas por la noche.
Sin embargo, la tranquilidad hogareña de Épila no era para el inquieto carácter de Don Policarpo, ni podía llevar la intensa actividad social a la que estaba acostumbrado, por lo que en 1912 decide trasladarse a Madrid en Donde esperaba encontrar más oportunidades para su hijos, estableciéndose primeramente en la calle Onofre, nº, 5. En Madrid volvería a reanudar las relaciones con sus parientes los “Monet”, en especial con su tío Don Fernando Monet Urionagoena y con su primo Don Ricardo Monet Carretero. Es a través de su tío Don Fernando como pudo adquirir el piso de la calle del Pez, nº 36, Donde aún viven sus descendientes......
Fachada de la casa de la Abuela Paterna, donde se encuentra el escudo Familiar de los Sardi y Ardid en la calle de la Condesa de Montenegrón en Épila.
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Recorte del Periódico La Crónica de Menorca del
día 24 Septiembre de 1872
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-Nuestro Amigo Luis Capmartin nos cuenta sobre el escudo de la familia: Situado debajo de una ventana, en donde tiene la parte inferior, forma conopial y el friso adornado con triglifos, para albergar el escudo. Campo: Es el clásico español rectangular, cuadrilongo y con la punta redondeada a modo de arco de medio punto, al revés. Se encuentra en él cuatro alianzas, encuartelado.
Primer cuartel: Cortado, parte superior, en plata, con un sotuer ó aspa, de gules; y en la parte inferior, fajado de seis piezas, de gules y plata (Sardí).
Segundo cuartel: En campo de azur, dos leones, de oro, rampantes y afrontados y sosteniendo en sus zarpas, siete ardites (monedas), de oro, dispuestas en cabrio, acompañadas de tres flores, de lis, del mismo metal, bien ordenadas, dos en los cantones superiores y una en la punta (Ardid ), según expediente de Nobleza de D. Diego Ardid y Lop, bajo la signatura 24318, año 1726).
Tercer cuartel: En campo de oro, tres bandas, de azur, (Arbués), según expediente de Nobleza del Caballero de Justicia de la ínclita orden de San Juan, D. Valero de Bernabé Llobera Arbués y Contín, que se halla en el Archivo Histórico Nacional signatura 25133).
Cuarto cuartel: En azur, con un arca, de oro, surmontada de cinco estrellas, del mismo metal, formando un arco (Arcayne) según legajo 383 expediente 3º, de la Real Audiencia de o de rexillas, clavadas como la bordura, de oro, y forradas de gules), que remata un perno lobulado, arrancando del interior las cuatro plumas, con los colores del campo, que conforman su airón.
Lambrequines: El campo está acamado sobre el cuerpo de un águila imperial exployada, bicéfala, a la que se suma el timbre y de la que se ve por la punta del campo su cola. Lo abraza por la mitad del escudo y están apoyadas sus garras sobre una moldura basal, con la inscripción: “DE LOS SARDI Y ARDID Aragón, realizado en 1670 por (D. Thomas Ardid López ).
Timbrado: Con zelada de nobles, con penachos, (de acero bruñido, puesta en perfil; esto es, enteramente de lado, la visera abierta, y levantada, mostrando rejillas, sin poder determinar el número”.
-También nos cuentan Nuestro Amigo Manuel Ballarín Aured que además de al abogado y propietario Policarpo Valero de Bernabé, Conde de San Pedro de Arbués, hay que tener en cuenta a su hijo, el también Épilense Antonio Valero de Bernabé Casañes (1894-1949), precursor de los estudiosos y críticos cinematográficos. Fundó en 1926 la prestigiosa revista Fotogramas y, en plena República, en 1934, Cinegramas, que dirigió hasta su desaparición en 1936. Durante la Guerra Civil estuvo afiliado a la Federación Gráfica Española, de la UGT, y en la posguerra fue responsable del área de cine del diario Madrid y publicó el anuario España Cinematográfica. Además del ejercicio de la crítica, en los años cuarenta colaboró con el director Almuniense Adolfo Aznar, escribiéndole los guiones de Con los ojos de Alma, Dos mujeres y un rostro y El rey de Sierra Morena.
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