sábado, 5 de octubre de 2019

24 Septiembre de 1872. Un "pedazito" de Épila en forma de la Basílica del Pilar.

13 de Octubre 2019
POLICARPO VALERO DE BERNABÉ Y CASTAÑOS SARDI MONET Y DE ARBUÉS, fue bautizado en Zaragoza, el día 25-I-1839, en la Parroquia de La Seo (Folio 6, Tomo XV). Recibió los nombres de “Policarpo, Ramón, Rafael, Antonio, Benito, Lino”. Fueron madrinas Doña Francisca Valero de Bernabé y Sardí, su tía paterna y Doña Teresa Fortea, ambas naturales de Calamocha. Fue bautizado por el párroco de la misma Don Vicente Moreno, según consta en el folio 6, del tomo 15 del Libro de los Bautizados, de los Quinque Libri de dicha parroquia. 

A los pocos años de nacer, sus padres se trasladaron a la localidad de Épila. Ésta Villa era la tierra de Doña Luisa Bernarda Sardi y Ardid, abuela paterna de Don Policarpo en Donde se encontraban las tierras y posesiones de esta familia. Su infancia se desarrolló en dicha villa, mostrando su sensibilidad e inquieto temperamento. A los dieciocho años, marcha a Zaragoza para seguir los estudios de Arquitectura, sin embargo llevaba una vida algo mundana, lo que obligó a su padre Don Vicente, marchar a buscarlo y regresó con él. 
  La vida tranquila que llevaba en la casa paterna, requirió nuevamente el permiso paterno para marchar a Zaragoza a fin de estudiar Leyes como su padre. Tras cursar siete años de Leyes en la Facultad de Derecho, obtuvo su graduación como Licenciado en Derecho Civil y Canónigo, siendo recibido por el Colegio de Abogados de Zaragoza, en el año 1865.
  Fue abogado de los tribunales del reino y académico de la Real Academia Aragonesa de Jurisprudencia. Magistrado. Fue también Alcalde Presidente del Ayuntamiento de Épila, y por acuerdo de dicha corporación, ratificado por el Gobernador Civil de Zaragoza, adoptado el 4-VI-1867, encabezó juntamente con D Ángel Valero de Bernabé y Algora (como parientes más cercano del Santo Inquisidor) las ceremonias de canonización de San Pedro de Arbués,en representación oficial enviada a Roma en las ceremonias de canonización de San Pedro de Arbués. En la misma fue investido por el Pontífice Pío IX, con el título pontificio de Conde de San Pedro de Arbués. Todo esto queda ratificado en un facsímil que se conserva, en el Ayuntamiento de Épila.

Fotografía de Época que muestra dicha Obra de Arte en Zaragoza
Don Policarpo tuvo una grave enfermedad, que le tuvo a las puertas de la muerte. Durante esta época es cuando la sensibilidad de su carácter artístico, unido a la devoción del Pilar, le llevaron a emprender la reproducción en cristal de la Basílica del Pilar, como ofrenda a la Santísima Virgen, por haber salido con fortuna de esa dolencia, ofreciendo hacerle un farol que figurarse la Santa Capilla, torres y demás elementos arquitectónicos del Templo para ello se estableció en una casa que había comprado en Épila, que fue donde realizó su obra lo que llevó a cabo con sus propias manos a fuerza de tiempo y paciencia, todo ello con cristal traslúcido, pudiéndose iluminarse por su interior (por cuyo trabajó quedó casi ciego). 
Obra que es sacada todos los años el día 13 de octubre en la procesión de los Faroles y precisando el enorme farol, el esfuerzo de veinte hombres para ser transportado en andas. Le dedicó diez años de su vida, realizando una esmerada obra de arte, que nos demuestra con todo detalle las diferentes torres y demás detalles arquitectónicos del templo compuesto por 30.000 piezas de cristal.
Fue ayudado en la segunda fase cuando fabricaba las dos torres y parte del interior por el joven emplomador Oletino (Teruel) Melitón Rubio Lapiedra que sus padres pasaron a radicar en Épila.
Y  en esa calle que por tal motivo se le llamaba la calle del Farol, luego de los Policarpo, calle Alejandro Biesa, calle Larga y hoy en Condesa de Monte Negrón. Tenía unas magníficas tierras en el “Monte Cabezuelo”, próximo a Épila, en donde había construido una espléndida mansión, en la que gustaba reunir a numerosos familiares y personalidades de la zona, en unas veladas que se hicieron famosas.
Calle Duquesa Montenegrón antigua Calle del Farol de Épila y fachada de tres persianas donde se construyó El Faro y las fotografías siguientes están realizadas por la noche.

Sin embargo, la tranquilidad hogareña de Épila no era para el inquieto carácter de Don Policarpo, ni podía llevar la intensa actividad social a la que estaba acostumbrado, por lo que en 1912 decide trasladarse a Madrid en Donde esperaba encontrar más oportunidades para su hijos, estableciéndose primeramente en la calle Onofre, nº, 5. En Madrid volvería a reanudar las relaciones con sus parientes los “Monet”, en especial con su tío Don Fernando Monet Urionagoena y con su primo Don Ricardo Monet Carretero. Es a través de su tío Don Fernando como pudo adquirir el piso de la calle del Pez, nº 36, Donde aún viven sus descendientes......


Fachada de la casa de la Abuela Paterna, donde se encuentra el escudo Familiar de los Sardi y Ardid en la calle de la Condesa de Montenegrón en Épila.
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Recorte del Periódico La Crónica de Menorca del 
día 24 Septiembre de 1872
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  -Nuestro Amigo Luis Capmartin nos cuenta sobre el escudo de la familia: Situado debajo de una ventana, en donde tiene la parte inferior, forma conopial y el friso adornado con triglifos, para albergar el escudo. Campo: Es el clásico español rectangular, cuadrilongo y con la punta redondeada a modo de arco de medio punto, al revés. Se encuentra en él cuatro alianzas, encuartelado.
 Primer cuartel: Cortado, parte superior, en plata, con un sotuer ó aspa, de gules; y en la parte inferior, fajado de seis piezas, de gules y plata (Sardí). 
  Segundo cuartel: En campo de azur, dos leones, de oro, rampantes y afrontados y sosteniendo en sus zarpas, siete ardites (monedas), de oro, dispuestas en cabrio, acompañadas de tres flores, de lis, del mismo metal, bien ordenadas, dos en los cantones superiores y una en la punta (Ardid ), según expediente de Nobleza de D. Diego Ardid y Lop, bajo la signatura 24318, año 1726). 
  Tercer cuartel: En campo de oro, tres bandas, de azur, (Arbués), según expediente de Nobleza del Caballero de Justicia de la ínclita orden de San Juan, D. Valero de Bernabé Llobera Arbués y Contín, que se halla en el Archivo Histórico Nacional signatura 25133). 
  Cuarto cuartel: En azur, con un arca, de oro, surmontada de cinco estrellas, del mismo metal, formando un arco (Arcayne) según legajo 383 expediente 3º, de la Real Audiencia de o de rexillas, clavadas como la bordura, de oro, y forradas de gules), que remata un perno lobulado, arrancando del interior las cuatro plumas, con los colores del campo, que conforman su airón. 
  Lambrequines: El campo está acamado sobre el cuerpo de un águila imperial exployada, bicéfala, a la que se suma el timbre y de la que se ve por la punta del campo su cola. Lo abraza por la mitad del escudo y están apoyadas sus garras sobre una moldura basal, con la inscripción:  “DE LOS SARDI Y ARDID Aragón, realizado en 1670 por (D. Thomas Ardid López ). 
  Timbrado: Con zelada de nobles, con penachos, (de acero bruñido, puesta en perfil; esto es, enteramente de lado, la visera abierta, y levantada, mostrando rejillas, sin poder determinar el número”.
  -También nos cuentan Nuestro Amigo Manuel Ballarín Aured que además de al abogado y propietario Policarpo Valero de Bernabé, Conde de San Pedro de Arbués, hay que tener en cuenta a su hijo, el también Épilense Antonio Valero de Bernabé Casañes (1894-1949), precursor de los estudiosos y críticos cinematográficos. Fundó en 1926 la prestigiosa revista Fotogramas y, en plena República, en 1934, Cinegramas, que dirigió hasta su desaparición en 1936. Durante la Guerra Civil estuvo afiliado a la Federación Gráfica Española, de la UGT, y en la posguerra fue responsable del área de cine del diario Madrid y publicó el anuario España Cinematográfica. Además del ejercicio de la crítica, en los años cuarenta colaboró con el director Almuniense Adolfo Aznar, escribiéndole los guiones de Con los ojos de Alma, Dos mujeres y un rostro y El rey de Sierra Morena.
                                      

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