17 de Octubre de 1913
Nos cuenta Nuestro Amigo Joaquín Sobreviela Alonso:Según me contaron varios abueletes, en su día, estos leñadores fueron contratados por el Conde de la Viñaza, para rozar el soto, se divirtieron, emborracharon y armaron bronca a altas horas de la madrugada, en el café/casino/cantante de Justo Giménez, (al que eran asiduos todas las noches) y al parecer al pasar por el Cuartel de la Guardia Civil, (entonces situado en casa del Sr. Vicente el Carpintero, en la llamada puerta del sol o de las eras, recordar que es una fachada de ladrillo con reloj de sol, actual calle del Horno Nuevo con Barrio Nuevo), el guardia civil de puertas les llamó la atención, (seguramente por los cantos en fechas de semana santa) y en la discusión airada y dominados por el alcohol, respondió uno disparándole con un revólver que portaba (hasta la guerra civil los revólveres eran considerados arma de defensa y se podían portar, al contrario que sucedía con las pistolas semiautomáticas consideradas armas de guerra), dejándole muerto en el acto; parece ser que fueron perseguidos de cerca por los Serenos de Épila, que estaban acudiendo a la bronca iniciada en la calle Larga (según me relataron, los agentes de la Guardia Civíl, no podían intervenir en el casco urbano, los leñadores del norte al no conocer el casco urbano (aunque llevaban varios días en Épila), se metieron (en la ratonera, calle sin salida) en la calle de La Peña, donde fueron bloqueados por el cabo y serenos del Ayuntamiento, que provistos de chuzo/pica y revolver, les conminaron a entregarse, cosa que hicieron, detenido el causante de la muerte, el resto de la cuadrilla continuó, sin más, haciendo leña en La Viñaza. Siempre se recordaba, y como os digo fueron varios los ancianos que me contaron el suceso), la valiente actitud de los serenos de Épila y su poder de disuasión, el cabo que siento no recordar su nombre le advirtió al asesino, "que se entregase sin tonterías que podría matar a uno; pero los demás le atravesarían el pecho con el chuzo", lo que hizo que se entregara.
También nos cuenta Nuestro Amigo Manuel Ballarín Aured:Creo recordar que era Semana Santa, montaron bronca, intervino la Benemérita, mataron a un guardia civil (creo que fue uno solo, no dos, como afirma el periódico)... Al ser cántabros, intervinieron en el Congreso los diputados montañeses, que pidieron clemencia, y al condenado a muerte se le conmutó la última pena,siempre escuché que serraban madera para la carretería de los Roy.
Nuestro Amigo Joaquín Sobreviela Alonso nos dice:Pudiera ser Manuel, pero que era rozando la Viñaza, también, aunque no creo que los Carreteros Roy, necesitasen tanta madera, creo que estuvieron bastante tiempo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario