La Atalaya : diario de la mañana: Año XXIX
Número 10547 - 1921 febrero 8
¿..Porque insultamos..?
Nos ayuda a liberar la tensión y la activación fisiológica que producen la ira o la frustración. El insulto es una reacción primaria, una forma de desahogo rápido y fácil. Eso significa que, cuanto más enfadados estemos, más agraviante será el insulto.
No obstante, tengámoslo claro, quien hace uso de los insultos revela buena parte de sí mismo: nos muestra su intolerancia recalcitrante, su frustración infantil, su educación recibida, su falta de empatía e incluso su dudosa inteligencia.
Generalmente insultamos convencidos de que la culpa es del otro. Es el otro quien hace las cosas mal, nos provoca o decepciona. Por algún u otro motivo, la situación nos enfada y reaccionamos insultando a la persona que consideramos culpable de hacernos sentir esas emociones desagradables.
A menudo el insulto también es el resultado de una percepción de amenaza. Cuando creemos que una persona amenaza nuestros planes o los frustra, respondemos insultándola. De hecho, insultar a una persona es una respuesta relativamente habitual cuando creemos que ha violado las normas y los valores sociales con los que nos identificamos.
¿..Cuando un insulto es un delito..?
Si atenta contra su dignidad, es un delito. Si les difamas (dices algo públicamente que daña su imagen o su honor) y es falso, es delito. Además, suele empeorar con la publicidad (insultos en medios como televisión, prensa, internet, radio…).
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